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El amor absoluto convertido en poes¡a pura, el entendimiento entre lo escrito y lo pintado. Dando sentido al deseo integrador de las artes, Francisco Aranda recupera “El jard¡n” de Epicuro en la orilla del mar Mediterr neo que hace m s de dos mil a¤os ba¤aba la costa m s cercana a Atenas. Desde M laga, el poeta con punzantes y apasionados versos hermanados con las crom ticas ilustraciones del pintor Luis Ontoso, nos gu¡a hacia la esperanza y el amor con la b£squeda de la alegr¡a como sentido £ltimo. Aranda cultiva con mimo y maestr¡a su particular vergel porque ans¡a que florezca el para¡so perdido, aquel donde aprendemos de la ense¤anza potica, donde la mujer, como sujeto innegable, cobra supremo protagonismo.En este libro, cumbre de la armonizaci¢n entre poes¡a y pintura, nos embelesamos con el decir tranquilo de los versos: vida respirando vida.